El calor y unos cuantos….

Las doce del día, mis orquídeas ya han consumido la mitad del agua que se encontraba en el florero, la vista hacia la avenida Orizaba es desconsolante, carros para aquí, vehículos para allá, conductores sofocados, mentadores de madres y de todo lo que a la mente humana se le pueda ocurrir en un momento de furia y desesperación.
Al frente del monitor, cansada de la lectura que el trabajo actual implica, me he dispuesto a descansar la mente, cómo hacerle, en eso estoy…
Ya tome una botella de Ciel del frigo de la oficina, mientras observaba a una de mis compañeras dormitarse en el negro asiento de imitación de piel y a otra comer, como todos los días.
El radio toca una estación local, la música no me dice nada, será que este pinche calor ya alcanzó a dañarme el sentido del oído.
Una interrupción de mi búsqueda, con una plática sobre el clima resumida a maldita sea con este ambiente.
Los ojos ya no aguantan, piden su clausura por un momento…
Todo se solucionaría con unas chelas y la tarde libre de este viernes de abril.