25.10.06

Cómo recuperar lo perdido


De niña solía perder las cosas de valor, llamémosle pulseras de oro, aretes, relojes, etcétera, etcétera. Los regaños por ese motivo ya no me dolían, me resignaba a que eso sucedía siempre.
De adolescente cambiaron los objetos perdidos por dinero y bolsas. Ahh!! Todavía recuerdo mi bolso de colección que se quedó en el ADO rumbo a Orizaba y la divertida que se habrá dado la curiosa (u oso) que se lo haya encontrado revisándolo.
Ahora he perdido la confianza, en ti, en mí. Y eso que no pude tocar como los aretes, ni gastar como el dinero, ah cómo carajos duele haberlo perdido.
Habrá alguna oficina de objetos y sentimientos perdidos en algún lugar de este encarnizado mundo?