19.7.05

Recuerdos

Ahora que estás en donde debes estar feliz te extraño, extraño nuestros días cuando no tenía trabajo y me la pasaba en el tuyo, tomando café y platicando de un sinfín de tonterías, cómo nos salían tan bien esos temas.
Y los conciertos que ofrecíamos sin pena a las oficinas de alrededor, nunca se repitieron después de que yo me convertí en mujer de trabajo y tu en estudiante.
Los recorridos por el parque, perdón para ti jardín, cazando hombres-mariposa que perfectamente sabíamos nunca tendríamos, pero que nos causaba gracia.
Los cigarros con su chicle posterior por si acaso en nuestras casas se daban cuenta y había algún reclamo.
Nuestros sueños, esperanzas, problemas, sobre todo problemas que compartíamos para hacer más liviana la carga, todavía me pesan los tuyos y sé que a ti los mios.
Después me dejé perder en el trabajo, ya no te brindaba tiempo, como me pasa siempre y un buen día me llamaste para notificar tu viaje.
Perdona, todavía no te confienso algo, pero eso lo haré si regresas.

12.7.05

Tocan a la puerta

Toc, toc
quién es?
kangie
kangie qué?
kangie la que aún guarda esperanzas

1.7.05

Noche de violines

Entramos sin boleto, con la actitud de vale padres de la prensa, nadie dijo nada. Saludos, saludos, todos para ti, claro está amigos o conocidos propios dentro de esa masa era difícil que encontrara.
En fin, luego de recorrer dos veces la sala grande del Teatro del Estado decidimos sentarnos.
Primera llamada, leemos el programa y la breve reseña del artista de la noche "Lakatos", me explicas mientras yo trato de imaginarme con esas letras y las que leí en el diario de la mañana la actitud del violinista.
Segunda llamada, sigo en la lectura del pequeño folleto, leo y releo, tu volteas alrededor y saludas a más gente.
Tercera llamada, la Orquesta Sinfónica de Xalapa fue la encargada de abrir el gran concierto, la música es bella y es entonces cuando me percato, siento, que mi espalda es la receptora musical, extraña sensación bien recibida.
Dos minutos más y aparece Lakatos, brujo como lo llaman por su insinuosa música, no puede negar sus raíces gitanas, todos queriendo bailar, invadidos por el espíritu.
Era como si al escucharlo, me encontrara observando un filme del cine mudo.
Fui suya, como una de sus piezas, llena de sentimientos, sublime, tristeza, alegría, euforia, dolor....
Sí, esa soy yo en un momento y esa era la música de Lakatos.
Ah que sirena violinista!

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