En el camino

recorriendo el camino se encuentra con un charco, tal vez de lágrimas, tal vez de olvido, lo esquiva para no empaparse del líquido maldito sin saber que más adelante se dejará caer en un mar, tal vez de pensamientos, tal vez de sueños, se detiene, medita, vuelve a tomar la senda que no sabe a dónde lo llevará pero no puede hacer otra cosa, es demasiado cobarde para seguir la vida, pero más para quitársela de tajo, comienza a correr, se siente en una de ésas olímpicas, el aire en su cara le hace bien pero no lo quita de su realidad, tiene que decidir, debe tomar agua que le sabe a hiel, para de nuevo, observa lo que ha dejado atrás, ríe y llora, tal vez de alegría, tal vez de añorar, no le queda más...