6.3.05

Armisticio

Arreola me impulsó a decirte adiós de la manera más poètica y dolorosa posible.
Ayer era el día planeado para nuestra separación, la cosa más real que nos ha sucedido, al menos más real que nuestra historia.
Este amor mío está condenado a morir, ese es su destino, yo no quisiera matarlo pero no hay remedio, tengo que hacerlo antes de que él me mate a mí.
Huye, huye mientras puedas, no vaya a ser que esta mi segunda noche sin ti, me arrepienta como ahora lo hago y corra a buscarte, como tantas veces.
Después de una tarde juntos, con una comida deliciosa que esta vez no prepararon tus manos, Arreola seguía insistiendo para que cumpliera el armisticio.
Terco, como yo, siguió molestando hasta el lecho de tu cama, y como ya éramos tres y yo no soy tan liberal, tuve que decirte
"Con fecha de hoy retiro de tu vida mis tropas de ocupación. Me desentiendo de todos los invasores en cuerpo y alma. Nos veremos las caras en la tierra de nadie. Allì donde un ángel señala invitándonos a entrar. Se alquila paraíso en ruinas".

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