Algunos días me despierto con Jaime Sabines en la boca, y mi aliento es el de sus palabras, lo respiro y, peor aún, lo siento. Esta mañana, después de una de mis múltiples pesadillas, abrí los ojos y mi boca rezó:
"Hay un modo en que me hagas completamente feliz, amor mío: muérete". j.s.
Gracias a él, todavía tengo letras en la mente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario