18.12.05

Destino o Casualidad

Este sábado, después de ir a tu fiesta familiar el destino o la casualidad me hizo justicia en el supermercado, en esa calle comercial donde parecía que regalaban las cosas de tanto humano metido con su carro.
Tu insististe en acompañarme, yo accedí por comodidad, pues aún no compro un auto, además de que requería la ayuda de un hombre para elegir el regalo del intercambio de la oficina.
Una vez con mis regalos en la mano, dijiste que recorrieramos la tienda con el fin de ver qué otra cosa podíamos comprar, fue entonces cuando en la sección de los perfumes el destino o la casualidad hizo que apareciera aquella mujer, aquella por la que me dejaste hace unos meses y que por x razones no estás ya con ella tampoco, aquella por la que he tenido múltiples pesadillas al imaginarlos juntos.
Te sonrió, la saludaste, yo muriendome de celos por dentro disimule mis sentimientos y caminé hacia otra parte del super, me alcanzaste y en todo el camino hacia la caja hubo silencio.
Ya en la cola, me comentaste algo, no te puse atención sólo dije sí, nos retiramos hasta tu casa, la verdad la incomodidad prevalecía.
Acostada en tu cama elegí el sueño para sanar aquel momento, me despertaste para avisarme que ya era tarde, que teníamos que irnos, claro está yo a mi casa y tu con tus amigos. Me levanté y llegamos a la terminal de autobuses, ya ahí salió de tu boca la expresión estoy sacado de onda, creo que tu también y ella también porque después le habló a mi amigo para contarle del encuentro, no opiné nada sólo moví la cabeza y abrí la portezuela. Me despediste con un beso y un te hablo luego, hoy sólo me pregunto cuándo sanará el destino o la casualidad.

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